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17 mayo, 2013

Las experiencias de Pedrito y Pablito a propósito de la “comida chatarra”



Pedrito tiene once años y nació en Perusalén. Le gustan mucho las gaseosas y los snacks. Como en su país prohíben la venta de estos productos dentro de los colegios por considerar que no son saludables, sus padres le proveen de los mismos en su “lonchera” diaria y, además, le proporcionan una nada despreciable propina. Pedrito no usa esta última para las nutritivas ensaladas que venden en los kioskos (o cafeterías) del colegio, sino que espera el momento de la salida para comprar una gaseosa y más snacks en las tiendas ubicadas a las afueras de su colegio o cerca a su casa y, en varias ocasiones.

Pablito nació en Tangamandapio, a diferencia de Pedrito, tiene diez años. En estas tierras los niños pueden comprar dentro del colegio la más amplia variedad de gaseosas, snacks y similares porque no existen restricciones. A Pablito también le gustan mucho estos productos (sobre todo las papas fritas); pero, a pesar de que sus padres no los consideran como parte de su lonchera (la que destaca por ser muy saludable), él no usa su propina para comprarlos diariamente, lo hace solo en alguna ocasiones y siempre en cantidad moderada. Tiene esa conducta porque sus padres le han dicho y advertido que comer en exceso aquellos productos no es bueno para la salud.

A Pedrito le fascinan, también, las hamburguesas de todos los tipos, el pollo broaster o a la brasa con bastantes papas fritas y abundante mayonesa. No obstante que en Perusalén la publicidad de estos productos y la de los establecimientos donde los expenden se encuentra sumamente restringida, al igual que la de las bebidas gaseosas, los snacks y otros productos que el Estado considera que no son nada saludables, Pedrito siempre muere por ellos ya que sus padres, desde muy pequeño, lo han acostumbrado a consumirlos. Es más, algunos de sus amiguitos aseguran que aquel consume, tres o cuatro veces por semana, una hamburguesa o unas cuantas piezas de pollo broaster, acompañados de abundante gaseosa, y que sus padres hacen lo propio.

En contraste, en Tangamandapio no existen las referidas restricciones a la publicidad, por ello Pablito, cada vez que ve por televisión sus programas favoritos (“Los combatientes” y “si entran dos, entran tres”), recibe todo tipo de mensajes publicitarios que buscan incentivar el consumo de pollos broaster, hamburguesas, pizzas, gaseosas, snacks, etc.; inclusive, varios de sus personajes favoritos de los programas de televisión que sigue salen en la publicidad de estos productos (cosa que sería imposible si estuviéramos en Perusalen). Como es de esperar, Pablito no es inmune a esta publicidad y la verdad es que le encantan las hamburguesas y el pollo broaster, sin embargo, como sus padres saben que consumirlos en exceso puede perjudicar su salud, no lo llevan muy a menudo a los establecimientos donde los venden, de esta manera no lo privan de los mismos pero tampoco lo someten a un consumo excesivo.

Pedrito, en Perusalen, no hace deporte, sus padres no lo incentivan a practicarlo y, para colmo, la educación física no es obligatoria en los colegios de este Estado, en cambio, Pedrito es campeón de Fifa 13 en el Play Station 3. Ahora bien, recientemente le ha salido un buen sparring a Pedrito en este videojuego, se trata de Pablito que desde Tangamandapio juega con Pedrito a través de la conexión online, pero aquel no solo es un buen jugador de Fifa 13, sino que también destaca en el equipo de fútbol de su colegio y en atletismo, de más está decir que en Tangamandapio el Estado es un gran impulsor de la práctica del deporte en los colegios.

Ud. puede opinar sobre esta y otras propuestas y leyes en 131 Voces.

2 comentarios:

  1. ¿Quién escribe esto? ¿El publicista de McDonalds?

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  2. Ah ya, los padres de Pablito son muy responsables, pero los de Pedrito son un par de insensatos.

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